LA Hiperinflación Venezolana - Crisanto versión | Spanish Linguistic and Literature | Đại học Khoa học Xã hội và Nhân văn, Đại học Quốc gia Thành phố HCM

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LA HIPERINFLACIÓN VENEZOLANA
Actualmente, Venezuela es un país con una significativa vulnerabilidad económica. Este país
está inmerso en la más severa crisis económica que haya encarado en la historia moderna - la
INFLACIÓN. Pero su caso, al contrario, es algo diferente de lo que sabemos como una inflación
técnicamente, debido a las sombrías perspectivas de su recuperación económica en el corto
futuro y la negligencia de una política doméstica decisiva para diseñar e implementar un
programa económico integral. Ahora se conoce la crisis económica venezolana como una
hiperinflación que pone a los venezolanos en innumerables dificultades vitales. En este
ensayo, destacaremos 5 razones principales por la hiperinflación venezolana por cual se le
someta al país la bancarrota nacional.
Antes que nada, pongamos en claro su concepto. Técnicamente, se refiere al incremento de
precio de los bienes y servicios de consumo común, tales como sustento, ropa, energía,
vivienda, etc., y a la pérdida del poder adquisitivo de la moneda durante un periodo de
tiempo sostenido. Tenemos 3 niveles inflacionarios según el porcentaje del aumento: la
moderada, la galopante y la hiperinflación. De la hiperinflación particularmente el índice
anual es de más del 1000%, una velocidad espantosa. Esta podría ser más extravagante en
Venezuela, provocando dentro de la economía la rápida depreciación monetaria y el
escalamiento salvaje del precio de los bienes y servicios, poniendo a los venezolanos en una
depresión económica que no puedan mantener la normalidad de su vida.
Tenemos una realidad interesante que Venezuela sea el único participante no africano ni
mediooriental en La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Según esto, es
indudable que este país tiene como su propio recurso natural y también su ventaja económica
las mayores reservas de petróleo crudo del mundo. Con todo, en lugar de diversificar sus
fuentes de ingresos con las ventajas de su geografía y sus dichos recursos, el país prioriza
decisivamente los negocios del petróleo, y de ahí la balanza comercial venezolano está
desnivelada a la exportación petrolera. Se le esperaba a Venezuela que esta energía fuese un
“pozo de dinero” insondable y le convirtiese en el país más rico de América Latina.
A causa de la dependencia del petróleo, si tiene fluctuaciones de sus precios, se verá
afectada drásticamente la economía. En la década pasada, los estados del Golfo denegaron la
lOMoARcPSD| 39651089
solicitud del presidente Nicolás Maduro de aminorar la producción petrolera y aumentar sus
precios, lo cual como un golpe fatal hace imposible que Venezuela haya mantenido su
estabilidad económica, y arrastra la actual recesión ininterrumpida.
Por añadidura, la priorización de los negocios petroleros significa, al revés, una agricultura
precaria que produce un abasto de alimentos demasiado deficiente para toda la población. De
ahí que deba el país importar productos alimenticios desde el exterior para abordar la
escasez de alimentación doméstica. Ahora se conoce el país con una alta inseguridad
alimentaria, provocada por las elevaciones del precio de alimentos incesantes y el
insuficiente poder adquisitivo de los ciudadanos, justificando la peor secuela de la inflación
que ahora persiste en Venezuela.
Otra razón por la hiperinflación venezolana se debe a las políticas económicas irrealistas que
se promulgan en la presidencia de Nicolás Maduro. Un ejemplo típico es emitir más dinero
para que puedan los ciudadanos solventar los precios elevados. Apenas se efectúa resulta
inesperadamente momentáneo y superficial, significa que no salda la existente crisis del país.
Antes bien exacerba la situación, dando potencial de ascenso a la tasa inflacionaria de
Venezuela.
Los dichos conflictos desencadenan a la larga las resistencias y sublevaciones contra el
gobierno actual; con todo, terminan ellas reprimidas con violencia. En respuesta, los Estados
Unidos y la Unión Europea han aplicado típicas sanciones diplomáticas y económicas a
Venezuela. La exportación del petróleo, el singular pilar de la economía venezolana, de ahí
llegaría a quebrarse enteramente.
Tenemos como un toque de atención la hiperinflación venezolana. Una economía que
dependa exclusivamente de una fuente de ingresos puede ser sensible ante los cambios
adversos económicos domésticos e internacionales. Esto incitará agitaciones sociales al país
una vez que se le haya cometido a su economía un irresistible derrumbe. De ahí que los
gobiernos hayan tanto de estudiar la eficiencia de la administración y control de los recursos
nacionales, como también de destacar la igualdad y estabilidad del desarrollo de otros
sectores económicos. La inflación es inevitable pese a los intentos gubernamentales de su
prevención. Sin embargo, si una economía puede desarrollarse con dichas sugerencias, es
probable que no solo se le podrá moderar los efectos inflacionarios, sino también se
posibilitará fortalecer e incentivar el crecimiento económico doméstico.
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LA HIPERINFLACIÓN VENEZOLANA
Actualmente, Venezuela es un país con una significativa vulnerabilidad económica. Este país
está inmerso en la más severa crisis económica que haya encarado en la historia moderna - la
INFLACIÓN. Pero su caso, al contrario, es algo diferente de lo que sabemos como una inflación
técnicamente, debido a las sombrías perspectivas de su recuperación económica en el corto
futuro y la negligencia de una política doméstica decisiva para diseñar e implementar un
programa económico integral. Ahora se conoce la crisis económica venezolana como una
hiperinflación que pone a los venezolanos en innumerables dificultades vitales. En este
ensayo, destacaremos 5 razones principales por la hiperinflación venezolana por cual se le
someta al país la bancarrota nacional.
Antes que nada, pongamos en claro su concepto. Técnicamente, se refiere al incremento de
precio de los bienes y servicios de consumo común, tales como sustento, ropa, energía,
vivienda, etc., y a la pérdida del poder adquisitivo de la moneda durante un periodo de
tiempo sostenido. Tenemos 3 niveles inflacionarios según el porcentaje del aumento: la
moderada, la galopante y la hiperinflación. De la hiperinflación particularmente el índice
anual es de más del 1000%, una velocidad espantosa. Esta podría ser más extravagante en
Venezuela, provocando dentro de la economía la rápida depreciación monetaria y el
escalamiento salvaje del precio de los bienes y servicios, poniendo a los venezolanos en una
depresión económica que no puedan mantener la normalidad de su vida.
Tenemos una realidad interesante que Venezuela sea el único participante no africano ni
mediooriental en La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Según esto, es
indudable que este país tiene como su propio recurso natural y también su ventaja económica
las mayores reservas de petróleo crudo del mundo. Con todo, en lugar de diversificar sus
fuentes de ingresos con las ventajas de su geografía y sus dichos recursos, el país prioriza
decisivamente los negocios del petróleo, y de ahí la balanza comercial venezolano está
desnivelada a la exportación petrolera. Se le esperaba a Venezuela que esta energía fuese un
“pozo de dinero” insondable y le convirtiese en el país más rico de América Latina.
A causa de la dependencia del petróleo, si tiene fluctuaciones de sus precios, se verá
afectada drásticamente la economía. En la década pasada, los estados del Golfo denegaron la lOMoAR cPSD| 39651089
solicitud del presidente Nicolás Maduro de aminorar la producción petrolera y aumentar sus
precios, lo cual como un golpe fatal hace imposible que Venezuela haya mantenido su
estabilidad económica, y arrastra la actual recesión ininterrumpida.
Por añadidura, la priorización de los negocios petroleros significa, al revés, una agricultura
precaria que produce un abasto de alimentos demasiado deficiente para toda la población. De
ahí que deba el país importar productos alimenticios desde el exterior para abordar la
escasez de alimentación doméstica. Ahora se conoce el país con una alta inseguridad
alimentaria, provocada por las elevaciones del precio de alimentos incesantes y el
insuficiente poder adquisitivo de los ciudadanos, justificando la peor secuela de la inflación
que ahora persiste en Venezuela.
Otra razón por la hiperinflación venezolana se debe a las políticas económicas irrealistas que
se promulgan en la presidencia de Nicolás Maduro. Un ejemplo típico es emitir más dinero
para que puedan los ciudadanos solventar los precios elevados. Apenas se efectúa resulta
inesperadamente momentáneo y superficial, significa que no salda la existente crisis del país.
Antes bien exacerba la situación, dando potencial de ascenso a la tasa inflacionaria de Venezuela.
Los dichos conflictos desencadenan a la larga las resistencias y sublevaciones contra el
gobierno actual; con todo, terminan ellas reprimidas con violencia. En respuesta, los Estados
Unidos y la Unión Europea han aplicado típicas sanciones diplomáticas y económicas a
Venezuela. La exportación del petróleo, el singular pilar de la economía venezolana, de ahí
llegaría a quebrarse enteramente.
Tenemos como un toque de atención la hiperinflación venezolana. Una economía que
dependa exclusivamente de una fuente de ingresos puede ser sensible ante los cambios
adversos económicos domésticos e internacionales. Esto incitará agitaciones sociales al país
una vez que se le haya cometido a su economía un irresistible derrumbe. De ahí que los
gobiernos hayan tanto de estudiar la eficiencia de la administración y control de los recursos
nacionales, como también de destacar la igualdad y estabilidad del desarrollo de otros
sectores económicos. La inflación es inevitable pese a los intentos gubernamentales de su
prevención. Sin embargo, si una economía puede desarrollarse con dichas sugerencias, es
probable que no solo se le podrá moderar los efectos inflacionarios, sino también se
posibilitará fortalecer e incentivar el crecimiento económico doméstico.